GRUYERÉ
Las esqueléticas tiras son ahora más apestosas, han comenzado a tomar ese olor extraño de los muertos de enero junto a las figuras de lactococus, se esconde el largo y tendido cuello casi azulado por la asfixia. Llevo dos semanas observando el abismo, el penetrar de los gusanos bicolor empezaron su juego de naipes, son más de dos los ganadores, los locos han venido a visitarme, Kuriak es el más conocido de los discípulos del manicomio, se dice que ha desgarrado su cuerpo hasta convertirse en un tren eléctrico, lleno de ira de viento, de hambre. Su dios ha olvidado el afán de sus deseos (maliciosos), la búsqueda del cielo arenoso ha comenzado, no va solo, a su lado el inquieto pedazo de gruyer que lleva en su bolsillo, es casi inerte por los golpes que ha recibido, su estado es una interrogante entre los medicosquesistas que han acudido por mucho tiempo a visitarlo, gruyer ha dejado chorear por mi mesa el suero de días de alucinación, ya olvidé el atardecer, lo he cambiado por dos cordones para atar mis manos y un termómetro para medir el odio ¡es suficiente!
Gruyer jamás ha dejado su tabaco. Se ve todas las mañanas frente a una pared que refleja su ambición de poder, y es ahí cuando busca incesantemente la tienda de genios, escoge uno, por lo general gruyer acostumbra usar el más colorido, lo enrosca a su cabeza, paga y va hacia el bar de dragones fértiles, para entrar es necesario entregar un pedazo de órgano, siempre da parte de su riñón y se indigesta con la gente que entrega el corazón, pues alega que su patetismo se ha convertido en una farsa para el hombre.
Gruyer detesta los maniquíes le producen miedo, prefiere vestir con cintas y dedales, que ajustan su silueta.
Mi garganta seca, pedí a mis manos aguantar el peso de mi
ca
Be
za
sobre ellas. Gruyer ayer jugaba con los minúsculos granos de sal que ha dejado su cuerpo, se ha empeñado estos días por maldecir el mundo, que la política, que las leyes, que Dios y bla bla bla…
Hoy levantó sus grandes ojos y leyó los titulares del diario “Sublime sabor italiano pinta los rostros del mundo”, por un momento su mente dejó de funcionar, se tomó el pecho y gritó, la Europa entera dice haber escuchado su grito, parecía el de un cerdo antes de la ejecución, o el de un sujeto al cual abren y violan su mu
er
te…
Gruyer ha sufrido de enfermedad social por muchos años, la noticia le cayó por sorpresa, optó por no salir esta noche. El temor ha invadido al guerrero luchador que decía ser, ha alcanzado con sus pies la cordura para cubrir su cuerpo. ¡Hace frío!, decidió tomar la bondad como cenicero de sus colillas y ¿qué hay de la moral? ¡Ooooh! ¡vaya! De esa me he olvidado pues bueno ella puede tomar el lugar del retrete que necesita renovación sin duda alguna.
Ridiculizó los salmos, danzó sobre la biblia, recitó más de cien mil blasfemias en contra del estado, obstaculizó la salida del cuarto al baño, fingiendo una huelga, dio vuelta su colchón y quemó el aire, subió en el abecedario,
A,B,C…
cantó tres o cuatro canciones, voló.
¡Gruyer¡ ¡Gruyer¡, han pronunciado los labios marrones de mi gato rojo que conoció hace un mes el mar, sumergió sus patas en el agua y sintió el vacío caer sobre sus pequeñas garras.
Gruyer no respondió…
Gruyer no alcanzó a ver el cielo…
Gruyer sintió el gordo dolor…
Maaaaaa
t
e
e e e
al genio mutante, los ratones han salido de sus ciudades para mordisquear un pedazo de su piel, yo he decidido guardar la calma, no quiero ser arrestada, no quiero ser asesina, no quiero salir en titulares, no quiero reprochar, no quiero aferrarme a Gruyer, no quiero oler su rastro, no quiero ser él
Recortare sus brazos, sus piernas las enviaré por correo a su madre, ya que gustaba de su caminar, sus ojos me los trago, y su boca ¡ay! su boca, se la doy a los perros…
by: Cloé
Gruyer jamás ha dejado su tabaco. Se ve todas las mañanas frente a una pared que refleja su ambición de poder, y es ahí cuando busca incesantemente la tienda de genios, escoge uno, por lo general gruyer acostumbra usar el más colorido, lo enrosca a su cabeza, paga y va hacia el bar de dragones fértiles, para entrar es necesario entregar un pedazo de órgano, siempre da parte de su riñón y se indigesta con la gente que entrega el corazón, pues alega que su patetismo se ha convertido en una farsa para el hombre.
Gruyer detesta los maniquíes le producen miedo, prefiere vestir con cintas y dedales, que ajustan su silueta.
Mi garganta seca, pedí a mis manos aguantar el peso de mi
ca
Be
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sobre ellas. Gruyer ayer jugaba con los minúsculos granos de sal que ha dejado su cuerpo, se ha empeñado estos días por maldecir el mundo, que la política, que las leyes, que Dios y bla bla bla…
Hoy levantó sus grandes ojos y leyó los titulares del diario “Sublime sabor italiano pinta los rostros del mundo”, por un momento su mente dejó de funcionar, se tomó el pecho y gritó, la Europa entera dice haber escuchado su grito, parecía el de un cerdo antes de la ejecución, o el de un sujeto al cual abren y violan su mu
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Gruyer ha sufrido de enfermedad social por muchos años, la noticia le cayó por sorpresa, optó por no salir esta noche. El temor ha invadido al guerrero luchador que decía ser, ha alcanzado con sus pies la cordura para cubrir su cuerpo. ¡Hace frío!, decidió tomar la bondad como cenicero de sus colillas y ¿qué hay de la moral? ¡Ooooh! ¡vaya! De esa me he olvidado pues bueno ella puede tomar el lugar del retrete que necesita renovación sin duda alguna.
Ridiculizó los salmos, danzó sobre la biblia, recitó más de cien mil blasfemias en contra del estado, obstaculizó la salida del cuarto al baño, fingiendo una huelga, dio vuelta su colchón y quemó el aire, subió en el abecedario,
A,B,C…
cantó tres o cuatro canciones, voló.
¡Gruyer¡ ¡Gruyer¡, han pronunciado los labios marrones de mi gato rojo que conoció hace un mes el mar, sumergió sus patas en el agua y sintió el vacío caer sobre sus pequeñas garras.
Gruyer no respondió…
Gruyer no alcanzó a ver el cielo…
Gruyer sintió el gordo dolor…
Maaaaaa
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al genio mutante, los ratones han salido de sus ciudades para mordisquear un pedazo de su piel, yo he decidido guardar la calma, no quiero ser arrestada, no quiero ser asesina, no quiero salir en titulares, no quiero reprochar, no quiero aferrarme a Gruyer, no quiero oler su rastro, no quiero ser él
Recortare sus brazos, sus piernas las enviaré por correo a su madre, ya que gustaba de su caminar, sus ojos me los trago, y su boca ¡ay! su boca, se la doy a los perros…
by: Cloé